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Bella por dentro y por fuera (Parte I)

Sí, lo reconozco, soy coqueta. ¿Esto es algo con lo que uno nace, o se va adquiriendo a lo largo de los años? No sabría qué responderos, pero en mi caso creo que se remonta al pleistoceno y lo debo de llevar en los genes: mi abuela era coqueta, mi madre lo es mucho, y yo, para seguir con la tradición familiar, también lo soy.



Son varios los puntos imprescindibles que a mí me hacen sentirme bella: deporte, buena alimentación, suficientes horas de sueño, cremitas y ser feliz.


¿Desgranamos cada uno de ellos?


Deporte

Soy una adicta en todas sus variantes y la realidad es que cuando no lo practico no me encuentro bien, no solo física, sino psicológicamente tampoco. Descargo adrenalina, tensiones y principalmente disfruto. Dependiendo del tipo de deporte, las sensaciones que experimento son distintas.

Cuando salgo a correr por mi querido Parque del Buen Retiro (es lo que tiene vivir al lado), mi mente se relaja y me permito el lujo de pensar sin distracciones. En esos momentos es cuando hago un “reset”, analizo situaciones que me preocupan y ocupan y actúo en consecuencia. Pero si además estoy preparando alguna carrera (media maratón, maratón…) entonces la competitividad y perseverancia llaman a mi puerta. Disfruto “sufriendo”, me exijo un poco más cada día y acabo extenuada. Ese agotamiento del que te sientes orgullosa pero que a veces odias.



Además, es algo que puedo practicar en cualquier lugar. Da igual que esté en otra ciudad por trabajo, o me haya ido unos días de vacaciones a la playa, solo tengo que meter unas zapatillas y mi ropa deportiva y listo. Bueno, listo, listo,…no, porque como os decía al principio soy muy coqueta, así que incluso para salir a correr hay que estar “divina”. Pantalones cortos, falditas, mallas largas, camisetas o tops…todo bonito y bien conjuntado, nada al azar.



Las sensaciones que tengo nadando son distintas. Lo practico al menos una vez a la semana, aunque en época estival suelo ser más forofa de este deporte. La piscina puede llegar a ser agotadora, pero sus resultados si eres constante, después de una hora son brutales: brazos y piernas estilizados y espalda con músculos definidos. Eso sí, cuando te ves con ese gorro y esas gafas, piensas: ¿pero dónde voy yo con esto? No pasa nada, todo tiene solución y no hay nada que un bonito bañador deportivo con colores vivos y diseño actual, no pueda arreglar.


Y si hablamos de mi gran pasión, el BAILE, podría estar horas y horas comentando, pero para resumirlo os diré que voy a clases de Ragga y VuelaDanza. Y tú te preguntarás, ¿pero por qué esta chica no hace cosas normales? Supongo que porque no debo ser muy normal. Jejejeje!!! A cada una de esas disciplinas le dedico una hora y media a la semana y créeme soy muy, muy feliz. El ragga es un subgénero del reggae, con mezcla de rap, hip-hop (seguro que si me lee un purista me mata). En cuanto empieza a sonar la música me olvido de todo, y gracias a mi gran profesora, Rocío, a la que adoro, he descubierto movimientos increíbles que puedo hacer con mi cuerpo y coreografías que me mantienen en forma. Y por supuesto, aquí también la vestimenta y el aspecto son importantes. Eso de verse en el espejo, en plan profesional con tu ropa chula y el ojo pintado, hace mucho.



Lo de Vuela Danza es otro cantar. Siempre he soñado con subirme por las paredes y volar. Esto es lo más parecido que he encontrado. Provista de un arnés y colgada de una cuerda o goma elástica hacemos piruetas aquí y allá. Un rollo el Circo del Sol pero en versión amateur. Sin duda tienes que probarlo. Yo empecé hace un par de años y ahora soy una fiel seguidora.



Y si a todas estas actividades le sumas los deportes estacionales, no me puedo olvidar del esquí, otra de mis grandes pasiones, donde la concentración y la técnica son un plus, y el contacto con la montaña y la nieve, la mejor de las sensaciones. Aquí el modelito y protección solar son de obligado cumplimiento.


Ah, casi se me olvida, el mundo montaña también forma parte de mí. Me gusta andar y andar, subir y subir, y tener un objetivo…llegar a la cima. En casi la totalidad de mis viajes siempre hay una cita con una montaña: Stock Kangri en el Himalaya, Kilimanjaro en Tanzania, Cerro Chirripó en Costa Rica, Fitz Roy en Argentina, Volcán Villarica en Chile, y unos cuantos itinerarios más que me recuerdan la belleza de la naturaleza y lo insignificante que es el ser humano ante ella.



Pues hasta aquí ha llegado el capítulo de hoy. En el siguiente sabréis un poco más sobre mi estilo de vida e indispensables de belleza: cremas, masajes, alimentación, pero para eso tendréis que esperar una semana. Mientras tanto, DISFRUTAD y SED FELICES. Consejo de SigueElRizo


Fotos de SigueElRizo

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